jueves, 5 de junio de 2008

Del Mundo de la Ciencia al Mundo de la Investigación?


LATOUR, Bruno (1998) From the World of Science to the World of Research. Publicado en Science, New Series, Vol. 280, No. 5361, pp. 208-209. Publicado por American Association for the Advancement of Science (AAAS). Consultado en http://www.jstor.org/stable/2895662, accesado 05/06/2008, traducción: Victor Manuel Gutiérrez Sánchez.

En el anterior siglo y medio, el desarrollo científico ha sido abrumador, pero el entendimiento de dicho progreso ha cambiado dramáticamente. Caracterizada por la transición de cultura de la “ciencia” a cultura de la “investigación”. La ciencia es certidumbre; la investigación es incertidumbre. La ciencia se supone debe de ser fría, directa y distante; la investigación es calida, envolvente y riesgosa. La ciencia pone fin a los avatares de las disputas humanas; la investigación crea controversias. La ciencia produce objetividad alejándose lo mas posible de las ataduras de ideología, pasiones y emociones; la investigación se alimenta de todas ellas para traducirlas en objetos de investigación comunes.
Hay una filosofía de la ciencia, pero desafortunadamente no hay una filosofía de la investigación. Existen muchas representaciones y clichés para comprender la ciencia y sus mitos; pero muy poco se ha hecho para iluminar a la ciencia. Una Asociación se creo hace 150 años para el avance científico, pero como luciría una Asociación para el Avance de la Investigación?
La ciencia y la sociedad no pueden separarse, dependen de la misma base. Son como dos vertientes de poder definidas por su misma constitución: si se altera la separación de poderes, inmediatamente se altera por un lado la visión de lo que es la ciencia y de lo que puede hacer la sociedad. Esto probablemente sea lo que mas ha cambiado desde el comienzo de la AAAS. La ciencia y la investigación se relacionan de distinta manera con el resto de la cultura.
En el modelo tradicional, la sociedad era como la pulpa de un durazno, y la ciencia su semilla. La ciencia estaba rodeada por una sociedad que permanecía ajena al desarrollo del método científico; La sociedad podía rechazar o aceptar los resultados de la ciencia; podía ser adversa o amigable con sus consecuencias practicas. Pero no había una conexión directa entre los resultados científicos y el mas amplio contexto de la sociedad, la cual podía solamente acelerar o disminuir el avance de una ciencia autónoma. Galileo lidiaba con el destino de la caída de los cuerpos en un palacio, mientras en otro cardenales y filósofos se ocupaban del destino de las almas humanas.
La única manera de la ciencia para difundir sus resultados, su ética, y sus métodos era educando a tantos miembros del publico general como fuera posible. A causa de que la juventud americana tuviera tanta aversión hacia la ciencia, que se creo la AAAS en una primera instancia. Que diferentes son las relaciones entre investigación y sociedad ahora!
Considérese al grupo de pacientes que crearon una asociación francesa para el tratamiento de distrofia muscular (AFM) que reunió $80 millones en un evento de donativos. Debido a que la enfermedad que causa la discapacidad tiene un origen genético, la AFM ha invertido fuertemente por 15 años en biología molecular. Para el asombro de las instituciones científicas francesas, los donativos por un tiempo financiaron mas investigación básica en el genoma humano que el gobierno de Francia. El dinero fue utilizado para desarrollar nuevas formas de mapas cromosomaticos, y los científicos publicaron uno de los primeros mapas del genoma. Una vez que esto se hizo, desmontaron los laboratorios que habían construido para mapeo de los cromosomas y volcaron sus esfuerzos a explorar terapia genética, aun cuando ello podría considerarse una acción riesgosa.
El mismo edificio en Ivry, al sur de Paris, donde la AFM tiene sus oficinas centrales, ilustran los limites de la metáfora que separaría la ciencia de una sociedad discriminada: en el primer nivel, pacientes en silla de ruedas, en el siguiente nivel, laboratorios; y en el tercero, administración. Por doquier los pósters anuncian el siguiente teletón, mientras los contribuyentes visitan las instalaciones. Donde esta la ciencia? Donde esta la sociedad? Están ahora vinculadas al punto de no poder separarse mas. Aun mas extraordinario es que los pacientes convirtieron el determinismo genético (el cual en muchos contextos, es utilizado para mostrar a la naturaleza de manera aun mas determinista) en un instrumento inesperado de liberación.
Como se ha mostrado recientemente en otras enfermedades, muchas decisiones ahora son tomadas por los pacientes, sus familias y sus representantes. Los pacientes ahora generan rutinariamente sus propias políticas científicas. En estos ejemplos, el carácter de la sociedad se ha vuelto claramente diferente de lo que era en el modelo tradicional. Ahora los pacientes no esperan por resultados a cuentagotas de la ciencia para su vida diaria, sin ninguna otra opción que tener mente abierta o cerrada acerca de la cura para un padecimiento. No esperan que los genes, virus, o vacunas transformen su padecimiento subjetivo en una determinación objetiva. Ellos van mas allá. Se hacen a la medida una política científica adecuada a lo que ellos perciben como sus necesidades. Lejos de esperar certeza de la ciencia, aceptaron que debían compartir el riesgo de la investigación. Seguramente la palabra “paciente” nunca significo tanta acción y tan poca paciencia!
Que mejor para expresar este Nuevo Acuerdo entre la investigación y la sociedad? La noción de “experimento colectivo” ayudaría a captar el nuevo espíritu de los tiempos. Cuando la AAAS fue fundada, no había ninguna duda en la mente de los “científicos” –en ese entonces una palabra nueva- de que la ciencia podía resolver, poco a poco, la mayoría de los males de la sociedad. El desarrollo de la ciencia era entonces visto como el retroceso de la pobreza, superstición y otros males humanos. Por decir lo menos, entre mas avanzara la ciencia, mejor. Este anhelo de modernidad, el ardor juvenil con que la gente se adhirió a la causa científica, estaba fundada en su certeza absoluta. Debido a esa mezcla confusa de pasión y objetividad la que sumió a la humanidad en un futuro en que no podría separar mas actos y valores, objetividad y subjetividad. La formidable energía con la que la mayoría de los científicos avanzaron en su convicción de estaban avanzando a una modernidad la que separó el pasado arcaico del iluminado futuro.
No tiene caso minimizar la distancia que nos separa de nuestros gloriosos ancestros. Que diferentes se ven las cosas a siglo y medio de distancia! Quien sigue creyendo en ese llamado de la ciencia? La transformación de la sociedad que la ciencia ha producido, sin duda, muchas muy bellas ruinas, pero no una mejor sociedad.
Debemos no obstante, ser cuidadosos y no malinterpretar el aletargado vacío entre expectativas y realizaciones. Hay mucha gente que dice que los sueños de la ciencia han fallado, que la modernización se ha agotado a si misma, que males han resultado donde se esperaban bienes, y que la flecha del Tiempo ya no apunta hacia adelante en el progreso –que en estos momentos recuerda mas a un plato de spaghetti que a una ruta directa al siguiente siglo-. No hay futuro para la ciencia, uno podría decir. La ciencia debe ser expuesta y echada abajo violentamente, como una de las muchas ilusiones destruidas por el mas corrosivo de todos los siglos. Desde la muerte de Dios hasta el desvanecimiento de la razón.
Mi interpretación es completamente diferente, y pongo como ejemplo del campo de trabajo en nuestro pequeño ámbito denominado estudios científicos. La ciencia podrá haber muerto, en tal caso larga vida a la investigación! Yo creo. La flecha del Tiempo existe, pero distingue el pasado del futuro de una nueva manera. En el pasado, las personas y las cosas estaban interconectadas, en el futuro estarán aun mas interrelacionadas que antes!
Nadie, por ejemplo, piensa que las controversias ecológicas llegaran algún dia a un punto en el que no nos tendremos que preocupar por el ambiente! Los activistas, así como los científicos y los políticos no esperan que la ciencia resuelva el complejo entramado de sus vidas. Al contrario, esperan que la investigación multiplique en numero de asuntos con los que tienen que lidiar en su vida colectiva.
Es en esta coyuntura en que la noción de “experimento colectivo” adquiere total significado. Europa ha vivido, por varios años, bajo la sombra de la llamada enfermedad de las vacas locas. Se espera progreso en todos los aspectos científicos relacionados con epidemiología, proteínas no convencionales, vigilancia veterinaria, rastreo del origen de los productos cárnicos, y legislación comercial, pero uno no esperaría desenmarañar un nudo de hechos científicos de un contexto social de ideologías, gustos y valores. Por el contrario, todo mundo espera que consecuencias impredecibles emerjan, mientras tengan que ver con la compleja red de carne, ministros, huesos, proteínas, virus y carnívoros.
Esto es lo que mas ha cambiado. La ciencia ya no interviene en una sociedad caótica para ponerla en orden, para simplificar su composición, para poner fin a sus controversias. Interviene, si, pero para agregar nuevos, impredecibles ingredientes (como los bellos e inesperados priones que le hicieron ganar el Premio Nobel el año pasado a S.B. Prusiner) a todos los demás ingredientes para preparar los experimentos colectivos. Cuando los científicos agregan sus ingredientes a la mezcla, no ponen fin a la política: agregan nuevos ingredientes al proceso colectivo. A los muchos portavoces que representan a la humanidad y sus necesidades, se agregan mas voceros a representar –como decirlo?- a inhumanos y sus necesidades.
En un articulo reciente en Science, por ejemplo, los científicos hablan en nombre de Corriente del Golfo, la cual claman esta en peligro de desaparecer debido a los cambios en la salinidad del Océano Atlántico. Tal articulo es típico del Nuevo Acuerdo entre investigación y sociedad que estoy tratando de definir: Una nueva entidad, de gigantescas proporciones, ingresa al experimento colectivo y debe ser adicionada a la lista de ingredientes que constituyen la sociedad de humanos e inhumanos en conjunto. Además de los priones, además tenemos la Corriente del Golfo! Quien habría de anticipar que el progreso humano llegaría a ser tan ampliamente incluyente? Solo una cosa es tan segura como la muerte y los impuestos: Habrá mas de estas extrañas bestias en el futuro.
Con el beneficio de la retrospección, ahora comprendemos que la definición primordial de sociedad que hemos estado usando hasta ahora estuvo mal-concebida desde el comienzo. El adjetivo “social” ha sido usado en la búsqueda de verdad y certidumbre por parte de las ciencias blandas. Y si afirmas que la ciencia es socialmente construida, es considerado una equivocación por los científicos. En este tirar de ambos lados de la cuerda de la ciencia y la sociedad, donde uno gana lo que el otro pierde, no es mas la única manera de jugar. Ahora hay una alternativa. Al viejo eslogan de la ciencia- Entre mas desconectada este una disciplina de la sociedad, es mejor- ahora resuena un llamado a la acción mas realista: Entre mas conectada este una disciplina científica, es mejor.
Si, tal vez esto signifique que tengamos que modificar nuestra epistemología, ajustar nuestras instituciones políticas, y revertir nuestra definición de ciencias sociales. Si relacionamos a Galileo solo en su celda murmurando “Y sin embargo se mueve!” con la reciente reunión de Kyoto – donde lideres de estado, miembros de grupos de presión y científicos fueron puestos juntos en el mismo palacio a discutir acerca de la Tierra- podremos medir la diferencia entre ciencia e investigación.
Los científicos ahora tienen la opción de mantener el ideal decimonónico del ciencia o elaborar – con nosotros, la masa- un ideal de investigación mejor ajustado al experimento colectivo en el cual todos estamos embarcados.
En 150 años, todos los males han tenido plenitud de tiempo para salir volando de la totalmente abierta Caja de Pandora. Solo una cosa queda adentro: la esperanza. Y podría ser el tiempo justo para alcanzarla.

El autor, Bruno Latour, estudió Filosofía y Antropología, enseña Sociología en la Ecole des Mines en Paris, y es profesor externo en la London School of Economics and Social Sciences.
Esta investigación fue auspiciada por la beca 56.0354 del Ministerio Frances del Medio Ambiente.


Referencias Documentales
LATOUR, Bruno (1993) We Have Never Been Modern. Harvard Univ. Press, Cambridge, MA.
WEISSENBACH, J., et al. (1992) Nature. Num. 359, pp.794.
COHEN, D., Chumakov, I., Weissenbach, J.(1993) Nature. Num.366 pp.698.
EPSTEIN, S. (1996) Impure Science. AIDS, Activism, and the Politics of Knowledge. Univ. Of California Press, Berkeley.

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