Análisis desde cuatro paradigmas de la investigación sociopolítica
por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez
Introducción
La práctica del comercio sexual femenino y masculino es un problema público de salud, inseguridad, economía informal y explotación en donde quiera que se presente, y en el caso del Centro Histórico de San Luis Potosí es, además, un problema de espacialidad y de políticas públicas que está vinculado al deterioro de la imagen urbana que ha ocasionado, aunado a factores como el comercio informal, la congestión vehicular y la contaminación, entre otros, que este espacio público no haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
El presente trabajo busca analizar el problema desde diversos enfoques metodológicos con la intención de mostrar como las diversas aristas del mismo pueden abordarse desde múltiples enfoques para su comprensión.
Comportamentalismo
El enfoque que busca explicar porque la gente se comporta de la manera en que se comporta, constituye una valiosa perspectiva de análisis para comenzar a problematizar el tema de la prostitución, que puede ser abordable desde el comportamiento de los diversos actores que intervienen en la triada oferta-consumo-explotación que estudios previos (Municipio de S.L.P., 1997) atribuyen a este fenómeno. Siendo el comportamiento observable el foco de análisis de este enfoque, analizar la conducta del que comercia con el sexo, del que paga por su consumo y del que se beneficia de alguna forma con ese intercambio, es tan importante como el actuar o no actuar de los actores gubernamentales con competencia en el tema, así como los actores sociales que perciben el fenómeno como un problema.
Ahora bien, como toda explicación del comportamiento sujeta a comprobación empírica, los componentes de la prostitución como las razones para determinadas conductas o los orígenes de la participación en el fenómeno, deberán de estar provistas de la epistemología positivista en la que se circunscribe este enfoque, si es que aspira a una explicación válida científicamente de la conexión que los individuos involucrados presentan entre la visión particular del mundo, actitudes y valores que motivan su comportamiento, y las acciones particulares que emprenden.
Desde este enfoque, para llegar a una explicación deberá construirse una narración de la aparición de la prostitución en el espacio definido para este fin. Esta explicación de la prostitución como un evento consistiría en la especificación del conjunto de condiciones antecedentes no tautológicas y suficientes requeridas para su aparición, siendo capaces de generar predicciones empíricas que puedan ser comprobadas mediante observación, a nivel de actor social individual o de agregado social (Sanders: Marsh y Stoker).
Deberá buscarse que el planteamiento de la prostitución desde el comportamentalismo, contenga los aspectos característicos del enfoque, según Sanders, el compromiso con el uso sistemático de toda la evidencia empírica relevante (encuestas, entrevistas, etc.) , uso y desarrollo de técnicas estadísticas para manejar la evidencia (indicadores, datos censales, etc.), así como formas cualitativas igualmente aceptables, sin limitarse al soporte anecdótico. El segundo aspecto es que las teorías y explicaciones científicas deben ser falseables, o verificables en el sentido tradicional positivista (Popper 1959: Sanders: Marsh y Stoker, 48), esto es, que la prostitución deberá analizarse como el resultado acumulado y coincidente de una serie de comportamientos observables y empíricamente comprobables, esto para evitar una de las críticas que se hacen al enfoque, es decir, la tendencia al empirismo sin sentido, generalizaciones derivadas de la observación sin teoría, con base en el supuesto de la independencia entre teoría y observación.
Tampoco deberá abordarse la prostitución a partir de ningún tipo de análisis hermenéutico que busque comprender el comportamiento social a través de la reflección acerca de la naturaleza de las percepciones humanas, a través de procesos y reflexiones, sino que deberá basarse en el dato preciso que se obtenga de la recolección de la información, y enfocarse más bien aprovechar lo que Sanders define como las fortalezas del enfoque, que es la determinación a buscar formas de análisis que sean capaces de ser replicadas, con la intención de explicar el comportamiento a nivel individual y colectivo
Elección racional.
¿Las personas que se dedican a la prostitución lo hacen porque consideran que es su mejor opción? ¿La actuación o la no actuación de las autoridades con respecto a la proliferación de la prostitución en el centro histórico están fundadas en algún tipo de racionalidad? ¿Las personas, incluidos menores de edad, que se dedican a esta actividad debido a una acción coercitiva de un tercero tienen alternativas para elegir? ¿El consumidor de este tipo de servicios lo hace mediante un previo análisis de las consecuencias de sus actos? Estos son el tipo de planteamientos que pueden desarrollarse a partir de una teoría que se define esencialmente a partir del supuesto de que cuando se enfrentan a diversas opciones de acción, la gente usualmente elige lo que cree que probablemente tendrá el mejor resultado final (Elster 1989: Ward: Marsh y Stoker, 65)
No obstante, se hace evidente, en el caso de un problema como la prostitución, la necesidad de otras perspectivas complementarias para ayudar a explicar porque los individuos tienen los intereses que tienen, como perciben esos intereses, y la distribución de reglas, poderes y roles sociales que determinan o constriñen sus acciones.
Autores primordiales dentro del enfoque, como Olson, nos dicen que el interés propio de los individuos les impide tomar parte siempre en la acción colectiva para buscar el interés común (Olson 1965: Ward: Marsh y Stoker, 66), éste último pudiera ejemplificarse en este caso como los beneficios económicos, comerciales y turísticos que una declaratoria como la de la UNESCO traería al Centro Histórico y a nuestra ciudad, o la preservación de la salud pública y los valores morales y familiares de los potosinos en un sentido más trascendente. Estos y otros aspectos del bien común, se contraponen a los primeros con la necesidad inexorable de supervivencia de un sector marginado de la sociedad, pudiendo simplificarse para su comprensión mediante una herramienta metodológica recurrente en este enfoque que es la teoría de juegos, utilizada para enfrentar situaciones donde la elección de estrategia del otro afecta la optimización de la opción del otro y viceversa, el cual permite explicar porque las fallas de la acción colectiva pueden ser ocasionalmente evitadas si el número de individuos tomadores de decisiones es reducido (Axelrod 1984, Taylor 1987: Ward: Marsh y Stoker, 66).
La teoría de la elección racional, nos dice Ward, explica las acciones individuales y los resultados que persigue en términos de los cursos de acción (estrategias) disponibles, sus preferencias hacia los resultados a los que conducen las distintas combinaciones de acciones elegidas por los variados actores, y sus creencias acerca de los parámetros relevantes, así como las preferencias de los otros. Entre las ventajas del método (Powell 1978: Ward: Marsh y Stoker, 69), podríamos destacar que: obliga al investigador a ser explícito, provee de un conjunto de categorías que ayudan a construir explicaciones, dado que los modelos son representaciones de la realidad, obliga a enfocarse lo que queremos explicar, lo que es central para explicar el fenómeno y lo que puede ser desechado, correctamente aplicado garantiza que las proposiciones se organizarán lógicamente, provee un mecanismo de vinculación entre variables dependientes e independientes por medio de las acciones individuales, provee un campo unificado de explicación vinculatorio de los diversos campos de las ciencias sociales y sub disciplinas, provee un parámetro contra el cual la acción puede ser juzgada e indica variables que pueden orientar hacia la racionalidad (Mansbridge 1990: Ward: Marsh y Stoker, 70)
La elección racional , como lo señala el autor, es un conjunto valioso de herramientas para la ciencia política, que ayuda entender la forma en que las estructuras sociales surgen y se transforman. Se destacan dos aportaciones, los juegos de la información incompleta y la elección racional institucional.
Institucionalismo
El problema de la prostitución en el Centro Histórico de San Luis Potosí, presenta también la posibilidad de ser abordado desde el enfoque institucional, sobre todo a partir de lo que se conoce como el nuevo institucionalismo a finales de los 80, el cual emerge como reacción al carácter poco social de los enfoques dominantes de la disciplina, esto es, el comportamentalismo y elección racional que reducen las instituciones a la simple acumulación de los intereses individuales. Al ser un fenómeno social colectivo de múltiples actores, el de la prostitución puede encontrar en el institucionalismo un interesante punto de vista para comprenderlo mejor, en ese sentido la triada oferta-consumo-explotación, anteriormente mencionada, que compone la prostitución, puede verse, con las reservas del caso, como una institución.
Los neoinstitucionalistas, dice Lowndes, se enfocan a las convenciones informales de la vida política así como a sus constituciones formales y organizaciones estructurales, la forma en que las instituciones incorporan valores y relaciones de poder, no solo el impacto de las instituciones en los individuos, sino la interacción entre instituciones e individuos, el hecho de “esconder” a los ofertantes del comercio sexual en el Centro Histórico durante la visita de los inspectores de la UNESCO el pasado mes de septiembre 2008, constituye un práctica informal, que es un paliativo al problema de largo plazo, ante el cual la institución formal gubernamental ha decidido no actuar por décadas.
Feminismo
En el conocimiento de que el feminismo es un enfoque innatamente político, y de la acepción del término como la teoría que selecciona y problematiza la relación fundamental entre género y poder (Höjer y Ase 1999: Randall: Marsh y Stoker, 109), esta adquiere una gran relevancia y pertinencia en cuanto a prostitución se refiere, para lo cual puede recurrirse a las tipologías que Randall plantea:
Primeramente el feminismo liberal, que busca construir la distinción entre público y privado, como pudiera ser el aspecto del intercambio sexual, considerado como privado en lo colectivo y que al volverse un asunto de salud se vuelve público, y la reformabilidad de las instituciones, esta postura critica aceptar el sistema con sus inequidades estructurales inherentes y por lo tanto elitista, ya anteriormente se planteo la posibilidad de concebir a la prostitución como una institución.
A continuación el feminismo marxista, que se vincula directamente con el aspecto de la explotación sexual, ya que esta perspectiva se propone demostrar como la opresión de la mujer, plantado aquí en el sentido más radical, es de algún modo funcional al capitalismo, sin obviar el hecho de que las personas que se dedican a la prostitución en el área de estudio, sufren de una fuerte marginalidad socioeconómica.
Finalmente el feminismo radical, de surgimiento más reciente, y el menos precedente en términos intelectuales, según Randall, identifica la guerra de los sexos como la mas básica lucha política, analizando los mecanismos de poder masculino o patriarcado y los diversos campos de batalla donde debe ser combatido, enfoca su atención a la dimensión física y sexual de la opresión masculina. Cabe señalar que la prostitución no es entendida en el presente análisis como un fenómeno exclusivamente femenino, percepción ampliamente superada en el devenir de la historia.
Lo importante de este enfoque es que ayuda a rearticular las diferencias entre las mujeres con respecto a clase, sexualidad y raza, donde personas que se dedican a la prostitución, específicamente en el Centro Histórico de San Luis Potosí, constituyen una minoría con características propias que deben tomarse en cuenta.
También aporta una interesante dimensión al comercio sexual, el enfoque feminista post-estructuralista, debido a que en su naturaleza discursiva de todas las identidades, el cuerpo anatómico es un constructo discursivo, y por consiguiente, su disfrute y explotación.
La pertinencia del tema está dado de algún modo al traer temas privados, como el disfrute del cuerpo, a la agenda pública, y deberá abordarse mesuradamente para evitar lo que la teoría feminista denomina la visión masculina de la política pública, esto es un enfoque generizado del problema desde instituciones, metodologías y teorías predominantes en masculinidad, enfocándose a lo que pudiera definirse como análisis de género de las instituciones del estado.
Conclusiones
Se decidió abordar el problema desde uno de las múltiples perspectivas posibles, la espacial, por constituir una de las singularidades del mismo en la localidad. Como puede advertirse en estudios previos (Municipio de S.L.P., 1997) el problema ha sido generalmente abordado con dos supuestos erróneos: el considerar el problema como exclusivamente femenino, y el abordar sólo una (la primera) de las tres dimensiones estructurales oferta-consumo-explotación. Para este análisis se graficó un modelo de tres aristas, con cada una de las dimensiones, para ejemplificar la manera en que los múltiples actores racionalizan el problema, oscilando entre los extremos según su estructura motivacional de los individuos y de acuerdo al contexto en el que actúan. Los cuatro enfoques teóricos analizados para este trabajo, dan muestra de la complejidad del problema, así como de la multicausalidad del mismo según la perspectiva desde la que se vea.
Fuentes documentales
MARSH, David; y Stoker, Gerry (Ed.) (2002) Theory and Methods in Political Science. Palgrave Macmillan, Nueva York, pp. 1-152
Foro sobre Prostitución (1997) Municipio de San Luis Potosí.
La práctica del comercio sexual femenino y masculino es un problema público de salud, inseguridad, economía informal y explotación en donde quiera que se presente, y en el caso del Centro Histórico de San Luis Potosí es, además, un problema de espacialidad y de políticas públicas que está vinculado al deterioro de la imagen urbana que ha ocasionado, aunado a factores como el comercio informal, la congestión vehicular y la contaminación, entre otros, que este espacio público no haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
El presente trabajo busca analizar el problema desde diversos enfoques metodológicos con la intención de mostrar como las diversas aristas del mismo pueden abordarse desde múltiples enfoques para su comprensión.
Comportamentalismo
El enfoque que busca explicar porque la gente se comporta de la manera en que se comporta, constituye una valiosa perspectiva de análisis para comenzar a problematizar el tema de la prostitución, que puede ser abordable desde el comportamiento de los diversos actores que intervienen en la triada oferta-consumo-explotación que estudios previos (Municipio de S.L.P., 1997) atribuyen a este fenómeno. Siendo el comportamiento observable el foco de análisis de este enfoque, analizar la conducta del que comercia con el sexo, del que paga por su consumo y del que se beneficia de alguna forma con ese intercambio, es tan importante como el actuar o no actuar de los actores gubernamentales con competencia en el tema, así como los actores sociales que perciben el fenómeno como un problema.
Ahora bien, como toda explicación del comportamiento sujeta a comprobación empírica, los componentes de la prostitución como las razones para determinadas conductas o los orígenes de la participación en el fenómeno, deberán de estar provistas de la epistemología positivista en la que se circunscribe este enfoque, si es que aspira a una explicación válida científicamente de la conexión que los individuos involucrados presentan entre la visión particular del mundo, actitudes y valores que motivan su comportamiento, y las acciones particulares que emprenden.
Desde este enfoque, para llegar a una explicación deberá construirse una narración de la aparición de la prostitución en el espacio definido para este fin. Esta explicación de la prostitución como un evento consistiría en la especificación del conjunto de condiciones antecedentes no tautológicas y suficientes requeridas para su aparición, siendo capaces de generar predicciones empíricas que puedan ser comprobadas mediante observación, a nivel de actor social individual o de agregado social (Sanders: Marsh y Stoker).
Deberá buscarse que el planteamiento de la prostitución desde el comportamentalismo, contenga los aspectos característicos del enfoque, según Sanders, el compromiso con el uso sistemático de toda la evidencia empírica relevante (encuestas, entrevistas, etc.) , uso y desarrollo de técnicas estadísticas para manejar la evidencia (indicadores, datos censales, etc.), así como formas cualitativas igualmente aceptables, sin limitarse al soporte anecdótico. El segundo aspecto es que las teorías y explicaciones científicas deben ser falseables, o verificables en el sentido tradicional positivista (Popper 1959: Sanders: Marsh y Stoker, 48), esto es, que la prostitución deberá analizarse como el resultado acumulado y coincidente de una serie de comportamientos observables y empíricamente comprobables, esto para evitar una de las críticas que se hacen al enfoque, es decir, la tendencia al empirismo sin sentido, generalizaciones derivadas de la observación sin teoría, con base en el supuesto de la independencia entre teoría y observación.
Tampoco deberá abordarse la prostitución a partir de ningún tipo de análisis hermenéutico que busque comprender el comportamiento social a través de la reflección acerca de la naturaleza de las percepciones humanas, a través de procesos y reflexiones, sino que deberá basarse en el dato preciso que se obtenga de la recolección de la información, y enfocarse más bien aprovechar lo que Sanders define como las fortalezas del enfoque, que es la determinación a buscar formas de análisis que sean capaces de ser replicadas, con la intención de explicar el comportamiento a nivel individual y colectivo
Elección racional.
¿Las personas que se dedican a la prostitución lo hacen porque consideran que es su mejor opción? ¿La actuación o la no actuación de las autoridades con respecto a la proliferación de la prostitución en el centro histórico están fundadas en algún tipo de racionalidad? ¿Las personas, incluidos menores de edad, que se dedican a esta actividad debido a una acción coercitiva de un tercero tienen alternativas para elegir? ¿El consumidor de este tipo de servicios lo hace mediante un previo análisis de las consecuencias de sus actos? Estos son el tipo de planteamientos que pueden desarrollarse a partir de una teoría que se define esencialmente a partir del supuesto de que cuando se enfrentan a diversas opciones de acción, la gente usualmente elige lo que cree que probablemente tendrá el mejor resultado final (Elster 1989: Ward: Marsh y Stoker, 65)
No obstante, se hace evidente, en el caso de un problema como la prostitución, la necesidad de otras perspectivas complementarias para ayudar a explicar porque los individuos tienen los intereses que tienen, como perciben esos intereses, y la distribución de reglas, poderes y roles sociales que determinan o constriñen sus acciones.
Autores primordiales dentro del enfoque, como Olson, nos dicen que el interés propio de los individuos les impide tomar parte siempre en la acción colectiva para buscar el interés común (Olson 1965: Ward: Marsh y Stoker, 66), éste último pudiera ejemplificarse en este caso como los beneficios económicos, comerciales y turísticos que una declaratoria como la de la UNESCO traería al Centro Histórico y a nuestra ciudad, o la preservación de la salud pública y los valores morales y familiares de los potosinos en un sentido más trascendente. Estos y otros aspectos del bien común, se contraponen a los primeros con la necesidad inexorable de supervivencia de un sector marginado de la sociedad, pudiendo simplificarse para su comprensión mediante una herramienta metodológica recurrente en este enfoque que es la teoría de juegos, utilizada para enfrentar situaciones donde la elección de estrategia del otro afecta la optimización de la opción del otro y viceversa, el cual permite explicar porque las fallas de la acción colectiva pueden ser ocasionalmente evitadas si el número de individuos tomadores de decisiones es reducido (Axelrod 1984, Taylor 1987: Ward: Marsh y Stoker, 66).
La teoría de la elección racional, nos dice Ward, explica las acciones individuales y los resultados que persigue en términos de los cursos de acción (estrategias) disponibles, sus preferencias hacia los resultados a los que conducen las distintas combinaciones de acciones elegidas por los variados actores, y sus creencias acerca de los parámetros relevantes, así como las preferencias de los otros. Entre las ventajas del método (Powell 1978: Ward: Marsh y Stoker, 69), podríamos destacar que: obliga al investigador a ser explícito, provee de un conjunto de categorías que ayudan a construir explicaciones, dado que los modelos son representaciones de la realidad, obliga a enfocarse lo que queremos explicar, lo que es central para explicar el fenómeno y lo que puede ser desechado, correctamente aplicado garantiza que las proposiciones se organizarán lógicamente, provee un mecanismo de vinculación entre variables dependientes e independientes por medio de las acciones individuales, provee un campo unificado de explicación vinculatorio de los diversos campos de las ciencias sociales y sub disciplinas, provee un parámetro contra el cual la acción puede ser juzgada e indica variables que pueden orientar hacia la racionalidad (Mansbridge 1990: Ward: Marsh y Stoker, 70)
La elección racional , como lo señala el autor, es un conjunto valioso de herramientas para la ciencia política, que ayuda entender la forma en que las estructuras sociales surgen y se transforman. Se destacan dos aportaciones, los juegos de la información incompleta y la elección racional institucional.
Institucionalismo
El problema de la prostitución en el Centro Histórico de San Luis Potosí, presenta también la posibilidad de ser abordado desde el enfoque institucional, sobre todo a partir de lo que se conoce como el nuevo institucionalismo a finales de los 80, el cual emerge como reacción al carácter poco social de los enfoques dominantes de la disciplina, esto es, el comportamentalismo y elección racional que reducen las instituciones a la simple acumulación de los intereses individuales. Al ser un fenómeno social colectivo de múltiples actores, el de la prostitución puede encontrar en el institucionalismo un interesante punto de vista para comprenderlo mejor, en ese sentido la triada oferta-consumo-explotación, anteriormente mencionada, que compone la prostitución, puede verse, con las reservas del caso, como una institución.
Los neoinstitucionalistas, dice Lowndes, se enfocan a las convenciones informales de la vida política así como a sus constituciones formales y organizaciones estructurales, la forma en que las instituciones incorporan valores y relaciones de poder, no solo el impacto de las instituciones en los individuos, sino la interacción entre instituciones e individuos, el hecho de “esconder” a los ofertantes del comercio sexual en el Centro Histórico durante la visita de los inspectores de la UNESCO el pasado mes de septiembre 2008, constituye un práctica informal, que es un paliativo al problema de largo plazo, ante el cual la institución formal gubernamental ha decidido no actuar por décadas.
Feminismo
En el conocimiento de que el feminismo es un enfoque innatamente político, y de la acepción del término como la teoría que selecciona y problematiza la relación fundamental entre género y poder (Höjer y Ase 1999: Randall: Marsh y Stoker, 109), esta adquiere una gran relevancia y pertinencia en cuanto a prostitución se refiere, para lo cual puede recurrirse a las tipologías que Randall plantea:
Primeramente el feminismo liberal, que busca construir la distinción entre público y privado, como pudiera ser el aspecto del intercambio sexual, considerado como privado en lo colectivo y que al volverse un asunto de salud se vuelve público, y la reformabilidad de las instituciones, esta postura critica aceptar el sistema con sus inequidades estructurales inherentes y por lo tanto elitista, ya anteriormente se planteo la posibilidad de concebir a la prostitución como una institución.
A continuación el feminismo marxista, que se vincula directamente con el aspecto de la explotación sexual, ya que esta perspectiva se propone demostrar como la opresión de la mujer, plantado aquí en el sentido más radical, es de algún modo funcional al capitalismo, sin obviar el hecho de que las personas que se dedican a la prostitución en el área de estudio, sufren de una fuerte marginalidad socioeconómica.
Finalmente el feminismo radical, de surgimiento más reciente, y el menos precedente en términos intelectuales, según Randall, identifica la guerra de los sexos como la mas básica lucha política, analizando los mecanismos de poder masculino o patriarcado y los diversos campos de batalla donde debe ser combatido, enfoca su atención a la dimensión física y sexual de la opresión masculina. Cabe señalar que la prostitución no es entendida en el presente análisis como un fenómeno exclusivamente femenino, percepción ampliamente superada en el devenir de la historia.
Lo importante de este enfoque es que ayuda a rearticular las diferencias entre las mujeres con respecto a clase, sexualidad y raza, donde personas que se dedican a la prostitución, específicamente en el Centro Histórico de San Luis Potosí, constituyen una minoría con características propias que deben tomarse en cuenta.
También aporta una interesante dimensión al comercio sexual, el enfoque feminista post-estructuralista, debido a que en su naturaleza discursiva de todas las identidades, el cuerpo anatómico es un constructo discursivo, y por consiguiente, su disfrute y explotación.
La pertinencia del tema está dado de algún modo al traer temas privados, como el disfrute del cuerpo, a la agenda pública, y deberá abordarse mesuradamente para evitar lo que la teoría feminista denomina la visión masculina de la política pública, esto es un enfoque generizado del problema desde instituciones, metodologías y teorías predominantes en masculinidad, enfocándose a lo que pudiera definirse como análisis de género de las instituciones del estado.
Conclusiones
Se decidió abordar el problema desde uno de las múltiples perspectivas posibles, la espacial, por constituir una de las singularidades del mismo en la localidad. Como puede advertirse en estudios previos (Municipio de S.L.P., 1997) el problema ha sido generalmente abordado con dos supuestos erróneos: el considerar el problema como exclusivamente femenino, y el abordar sólo una (la primera) de las tres dimensiones estructurales oferta-consumo-explotación. Para este análisis se graficó un modelo de tres aristas, con cada una de las dimensiones, para ejemplificar la manera en que los múltiples actores racionalizan el problema, oscilando entre los extremos según su estructura motivacional de los individuos y de acuerdo al contexto en el que actúan. Los cuatro enfoques teóricos analizados para este trabajo, dan muestra de la complejidad del problema, así como de la multicausalidad del mismo según la perspectiva desde la que se vea.
Fuentes documentales
MARSH, David; y Stoker, Gerry (Ed.) (2002) Theory and Methods in Political Science. Palgrave Macmillan, Nueva York, pp. 1-152
Foro sobre Prostitución (1997) Municipio de San Luis Potosí.
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