miércoles, 14 de octubre de 2009

Resumen de “Tipos de interacciones, formas de confianza y relaciones“ Degenne (2009)


Por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez




DEGENNE, Alain (2009) “Tipos de interacciones, formas de confianza y relaciones“, en REDES-Revista hispana para el análisis de redes sociales.

Uno de los principales objetivos del artículo consiste en mostrar la complejidad de las relaciones sociales, entendidas como historias compuestas de interacciones múltiples, en contraste con la pobreza de los modelos de relación del los que se ocupa el análisis de redes sociales, que cuestiona al establecer a partir de las interacciones cuatro categorías de formas fundadas en el análisis del modo de regulación.

Con ello el autor sostiene su crítica al modelo del gráfico, el cual le resulta bastante reductor en relación a la complejidad de las relaciones, que son historias, toman sentidos variados y variables en el tiempo, según afirma. Reconociendo las ideas que resaltan de los métodos de análisis de redes sociales completas, como pueden ser centralidad, equilibrio, cohesión, equivalencia estructural y equivalencia regular, se parte del supuesto de que la competencia sólo es posible entre individuos equivalentes, esto es, que a esta perspectiva se interesa por interacciones que ambos pares aceptan. Si bien hay casos en que la organización es la que prima, el autor señala que fijar las reglas puede tener el objetivo de minimizar los costos de la transacción, ya que las reglas también pueden tener el objetivo de mantener la diferencia de roles o de estatutos.

En el desarrollo del tema, se nos habla de relaciones horizontales, a partir de un eje sintagmático, y de relaciones verticales, que se fundan en un eje paradigmático. Definiendo sintagma, como el grupo de palabras que forma una unidad de sentido, lo que significa que es necesario que estas palabras se encuentren reunidas para obtener el sentido buscado, por lo que el eje sintagmático se considera de cooperación. Ello da lugar a relaciones “correlativas“ en las que los actores se encuentran en redes complementarias, y donde es la interacción la que produce un hecho social nuevo, cuando los dos pares de esta interacción dejan de ser intercambiables.

Contar con un marco codificado, desprovisto de ambigüedad evitará caer en lo que se conoce como el “dilema del prisionero“, de una decisión paradójica para uno de los actores implicados. Ahora bien, las interacciones correlativas son aquellas en las que los pares no son individuos semejantes puestos en una situación particular, sino individuos que se definen por el rol que ocupan en la interacción. Ello da lugar a que desde cierta perspectiva pueda interpretarse a la relación social como de explotación.

Por su parte la equivalencia regular desde un punto de vista estructural, parte del principio de que dos actores son equivalentes si están ligado a dos actores que también son equivalentes, y estas clases correlativas son inducidas por el dominio y la competencia. Se afirma que debido a la relación de experiencia, a priori aquel que sea experto será quien defina las condiciones de la interacción y esto se acentúa más cuando el rol del experto es institucional.

Otro asunto es la manera en que se perciben las relaciones de género, como una relación de dependencia, o una relación desigual de explotación igual a la capitalista, y es que aunque una gran parte de las interacciones ocurren en el marco de las organizaciones que perciben al menos parcialmente las condiciones en las cuales deben desarrollarse, en la práctica el mecanismo del mercado pone a los individuos en una situación de relativa equivalencia, en la que el precio es el medio que asegura que la transacción sea justa.

Por otro lado, el control burocrático se funda en la legitimidad de una autoridad, aludiendo al concepto de “clan“ en el sentido de Durkheim, es decir, una asociación orgánica que reúne una red de parentesco pero sin incluir las relaciones de sangre, que resulta muy eficaz para regular las transacciones entre los individuos interdependientes. Mientras que para Simon, la cooperación del individuo en el grupo no se fuerza a maximizar su interés sino a encontrar una situación satisfactoria, para autores como Ouchi, el clan es el lugar donde los intereses individuales y colectivos se entrecruzan, lo hace poco probable el comportamiento oportunista y bastante fácil la obtención de un acuerdo equitativo. Weber concreta esta idea al caracterizar las formas de dominación, y afirma que el mercado no es una forma de dominación, sino un mecanismo de ajuste, y que la burocracia y la tradición son mecanismos de dominación.

Así, tenemos que los individuos se identifican con la organización, y ésta se convierte para ellos en un valor, esto es, que los individuos se integran en ella y ese es el origen de la legitimidad de la autoridad. Al referirse a la Teoría del Intercambio, el autor alude a un conjunto de investigaciones donde las relaciones pueden ser de cualquier naturaleza, además de que no son únicas ni aisladas. Los pioneros de está área de conocimiento son Homans, Blau y Emerson. Para Homans, los principios que regulan las relaciones son muy mecánicos, sin embargo su aportación consiste en la inscripción de dichas relaciones en el tiempo y en la inscripción de cada acción en una serie de acciones. Para Blau, lo central es la idea de la reciprocidad del intercambio y la del poder que está ligado a la desigualdad de las contribuciones y las retribuciones en el intercambio, esto es las relaciones de reciprocidad y equilibrio. Emerson, por su parte, destaca la dependencia de actores, pretende reducir el grado de desequilibrio, por medio del conocimiento mutuo y las interacciones autónomas, por lo que los actores se conocen lo suficiente como para que estimen que no existe prácticamente ninguna incertidumbre sobre el comportamiento del otro, este conocimiento puede darse de modo directo e indirecto.

Finalmente el autor define cuatro tipo de interacciones, al afirmar que éstas pueden ser autónomas, de confrontación, formas típicas ideales definidas por una organización y correlativas. Para él, las relaciones son sucesiones de interacciones, donde la multiplicidad es producto de la variedad de contextos y circunstancias en las que los actores han tenido sus intercambios, afirma en su conclusión que su planteamiento consiste en reconocer las relaciones más allá de las interacciones comunes.

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