por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez
El artículo muestra, a través de un interesante análisis de casos, las redes de sociabilidad que existen en torno al fenómeno social de la invitación a la ceremonia de matrimonio, en una selección de casos ubicados en Francia, para analizar las lógicas y dudas que preceden a la selección de invitados. Con ello busca matizar el carácter substancialista que se atribuye generalmente a las redes, el cual la autora cuestiona al reconocer el papel que juegan el reconocimiento afectivo y social en la posible evolución de la proyección afectiva. De esta manera, pretende mostrar al acto de invitar y aceptar la invitación a una ceremonia nupcial, como una acción preformativa que permite construir y proyectar a futuro, la cual pretende demostrar que se encuentra condicionada por las posiciones sociales de los actores involucrados en el proceso.
La elaboración de una lista de invitados no es una operación neutral, ya que tiene la función preformativa de la red que contribuye a establecer. Es por ello que al término del evento las relaciones de los contrayentes se modifican a nivel simbólico y práctico. La hipótesis de la autora es que el proceso de elaboración de la lista no es sólo el registro de una red afectiva asociada al pasado, sino también una estimación ulterior y del reconocimiento social que promete o augura para el futuro.
Las dinámicas sociales analizadas en la red de sociabilidad en torno al fenómeno, conllevan la aceptación de que se tiene como objeto de estudio una red parcial y parcializada, donde diferentes condiciones de tipo estructural, formal y financiera, limitan y redefinen dicha red, siendo además influencias por las diferentes condiciones del contexto. La relación de invitación se entiende por su carácter socialmente construido, que obedece a acuerdos, elecciones y presiones en su elaboración.
La metodología consiste de un corpus de 25 casos, donde se limita a las variaciones particulares al acotar características tales como la diversidad sociogeográfica y sociodemográfica de los casos, de la cual se excluyeron las invitaciones familiares para enfocarse en las relaciones amistosas, se profundizó en ellas por medio de dos entrevistas semi dirigidas y un breve cuestionario biográfico, se definieron el origen y la antigüedad del vínculo, para con ello delimitar la naturaleza actual de la relación y la frecuencia de la misma.
Después de describir a la invitación como una relación amical pasada y futura, en donde los contrayentes por medio de una elección libre definen la manera en que invitarán a las personas que “cuentan“ para ellos. Esta certidumbre y libre elección que resiste a toda justificación representa el principio generador para la definición del fenómeno, donde la lista describe como se viven y se constituyen las relaciones personales. Si bien se reconoce la intensidad y familiaridad de la relación, así como a la frecuencia de interacción como los dos principales criterios de elección para elaborar la lista, también se observa que estas dos posiciones son difíciles de objetivar, ya que se presentan de maneras muy diversas, y es que debido al carácter polimorfo de las relaciones, definir un vínculo social no es fácil ni trivial.
Además, se plantea que la lista no solo expresa un vínculo entre los implicados, sino que también muestra la naturaleza del evento que buscan los contrayentes, ya que resulta imposible pensar por separado el tipo de festejo y la selección de los invitados, debido a que cada una de estas dos dimensiones condiciona a la otra. Así, tenemos a la proximidad como una estrategia de adaptación a las limitaciones presupuestales y logísticas de definición de la lista, lo cual presenta una dificultad estructural para los contrayentes, ya que pueden existir distintos vínculos que cada uno de ellos puede mantener con la misma persona.
La evidencia empírica le muestra a la autora que dentro de los casos observados se presenta al grupo de invitados que no responde a un criterio homogéneo e indiferenciado, además de que existe una presencia significativa de invitados con relaciones débiles con los contrayentes, lo cual le sugiere que el criterio de elección de los “imprescindibles“ no es del todo emotiva, y obedece también a otro tipo de racionalidades. Esto quiere decir que dentro de estas grandes redes de amigos, pocos son los que acumulan todos los índices de proximidad relacional con cada uno de los esposos. Es por ello que el carácter de obviedad en la elaboración de dicha lista debe ser reconocido como relativo, al ser producto de una elección gobernada por otros principios distintos a la simple voluntad de inclusión afectiva. Además, las limitaciones financieras no son las únicas que determinan la selección.
Reconocer la fuerza preformativa de la invitación, implica aceptar que ésta no solo expresa un relación o vínculo de amistad, sino que la crea y la enaltece, esto es, que invitar y aceptar la invitación no solamente implica un acto pasivo de inclusión, sino también un acto de producción y reproducción del medio amical, como en el caso de invitaciones hechas para retomar un contacto o abrir un posible futuro. En la red social, la invitación es vista como expresión de una trayectoria o de una proyección social, que no representa de modo alguno un acto neutro, ya que promueve o excluye una relación y, por lo tanto, tiene un límite relativo y arbitrario como toda división.
Ya que las fiestas son un escenario importante para los encuentros, en la lista de invitados podemos observar “mapas sociales“ que evocan diferentes grupos de invitados como estratos de la existencia de los contrayentes, y como una evidencia del efecto compositivo en torno a una trayectoria social. Con ello se afirma que los amigos invitados son seleccionados por su pasado afectivo y su posición social, y que su presencia representa una trayectoria histórica socialmente correcta a través de las distintas etapas d la vida afectiva de cada uno de los esposos. Los invitados narran el pasado social autorizado por los contrayentes en función de la situación, y aquellos atestiguan un anclaje social ligado a orígenes y a representación actual en función de lo que son y de lo que planean convertirse.
Dentro de las conclusiones destaca el hecho de que la dimensión afectiva no parece ser la más importante en la elección de invitados, sino que la dimensión social también presenta una gran relevancia. Se observa que para comprender lo que está en juego en una red de tipo ego-centrado, como la que representan los contrayentes como una unidad con respecto a los invitados, es necesario examinar las relaciones en las que se apoya bajo la forma de reciprocidad. Este análisis de reciprocidad implica vincular y comparar las relaciones individuales, ya que la invitación no puede ser analizada fuera del contexto social en que se presenta, y no es posible pensar los atributos de forma y contenido de dichas relaciones sin tener en cuenta los atributos de las personas asociadas por ella.
MAILLOCHON, Florence (2009) “La invitación al matrimonio. Una aproximación a las redes de sociabilidad de la pareja“. En REDES – Revista hispana para el análisis de redes sociales Vol. 16 num. 5, Junio 2009, pp.128-158