martes, 10 de noviembre de 2009

Arte Urbano. La ciudad como un museo


por Victor Manuel Gutiérrez Sánchez

Partiendo de la definición del arte urbano como aquella manifestación artística que se encuentra en espacios públicos de una ciudad con la finalidad de expresar, a través de representaciones plásticas, sonoras o escénicas, la identidad de la sociedad en la que se presenta.

Los distintos componentes de la identidad cultural colectiva de los ciudadanos, tales como su historia, sus valores y sus anhelos, se encuentra plasmada en estas obras de arte, a las que la sociedad atribuye uno o varios significados a través del devenir de la vida urbana. dichos valores deben ser reconocidos por la sociedad y sus representantes para lograr su adecuada conservación y valoración como elementos simbólicos.

Muchas veces el arte público, que en nuestro país cuenta con expresiones muy originales, es soslayado, dejado en el olvido, y en ocasiones hasta agredido por los ciudadanos a los que representa en su carga simbólico. En otros casos, es un mal diseño urbanístico el que propicia la desvalorización de estas obras, ya que una propuesta espacial inadecuada, aunada a una problemática urbana no solucionada, son factores que demeritan la presencia de estos objetos en la ciudad en la percepción de sus habitantes.

El elemento central de la mayoría de estos espacios lo constituye la escultura monumental y, por tanto, es importante tener una definición clara de su función en el espacio abierto, como punto de referencia, definición de su entorno, expresión de valores o deseos colectivos (Escobedo, 1992). También es importante esclarecer una categorización de los tipos de escultura que podemos encontrar de acuerdo a sus características materiales, simbólicas y urbanísticas.

Las obras que se han constituido en arte público abarcan desde la escultura, el mural, el relieve, hasta entidades de mayor complejidad como la escultura habitable o espacio escultórico, con ejemplos notables en México.

Cabe destacar la importancia de elementos urbanos complementarios a la obra de arte, ya que como se mencionaba anteriormente, la calidad en el diseño de estos elementos contribuye a su impacto positivo en el entorno donde se ubica.

Los materiales con que estas obras de arte urbano están realizadas es de una gran diversidad, ya que abarca desde el uso de la cantera, concreto, mármol, piedras calizas, hasta el hierro y el acero. Esta diversidad material nos habla también de una gran diversidad de información acerca de los recursos, aspiraciones, oficio y gustos de la sociedad en que se generan.

Si bien es de todos conocido que no hay pueblo sin estatua y no hay estatua sin mensaje adjunto (Carlos Monsiváis), la temática de las obras también asombra por su diversidad, ya que esta pluralidad de temas y significados ofrecen una lectura muy interesante de los pueblos en que se desenvuelve el arte urbano. Los principales temas representados pueden simplificarse en un conjunto de lugares comunes como pueden ser:

· héroes y personajes históricos

· símbolos de la patria

· ídolos populares

· valores familiares y morales

· personajes y símbolos religiosos

· trabajadores

· sectores productivos

· vida cotidiana

· abstracto

Otros factores para categorizar el arte urbano, además de los materiales con que está realizada la obra y la temática que aborda, lo constituye la escala de la misma, así como la entidad encargada de gestionar y/o financiar la obra. Igualmente importante es la ubicación de estos elementos en la entidad dinámica que es la ciudad, ya que ello influye también en la concepción simbólica que los ciudadanos atribuyen a los componentes de la urbe. La ubicación de estos objetos cuenta también con gran variedad: sitios históricos, plazas, jardines, avenidas, nodos viales y parajes naturales, lo cual deviene en un complejo sistema de significados atribuibles a estos objetos.

Cuando circule por su ciudad, preste atención a estos elementos que se encuentran dispersos en el espacio urbano, reclamando su atención, su puesta en valor o su reflexión. En su inmovilidad que los hace víctimas inexorables del paso del tiempo, pudieran estar tratando de decirle algo, de lo que fuimos, de lo que somos, y de lo que podemos llegar a ser como sociedad.

fuentes de información

ESCOBEDO, Helen (1992) Monumentos Mexicanos. De las estatuas de sal y de piedra. Grijalbo, México, 250 p.

GONZALEZ Gortázar, Fernando (2004) “Arte Público y Arte Urbano“, en Escritos Reunidos, Cuadernos de Arquitectura 11/12 CONACULTA. Pp. 110-112.

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